
PGD en la FIV: ¿por qué y para qué es importante?
Hoy en día, la fecundación in vitro (FIV) no es solo una oportunidad de lograr un embarazo, sino una tecnología médica precisa que permite aumentar al máximo las probabilidades de una gestación exitosa y el nacimiento de un bebé sano. Una de las herramientas clave en los protocolos reproductivos modernos es el diagnóstico genético preimplantacional (PGD). Pero, ¿por qué se utiliza y cómo influye en los resultados del tratamiento?
¿Qué es el PGD?
El PGD (diagnóstico genético preimplantacional) es un método que permite analizar genéticamente los embriones antes de ser transferidos al útero. En el día 5 o 6 de desarrollo embrionario, se extraen en el laboratorio unas pocas células (biopsia del trofoectodermo) que luego se examinan en busca de anomalías genéticas o cromosómicas. El embrión en sí no se ve afectado por el procedimiento.
Existen dos tipos principales de PGD:
- PGT-A (para aneuploidías): analiza el número de cromosomas (por ejemplo, para detectar síndrome de Down)
- PGT-M (para enfermedades monogénicas): detecta mutaciones hereditarias específicas (fibrosis quística, talasemia, distrofia muscular, etc.)
¿Para qué sirve el PGD?
Reducir el riesgo de enfermedades genéticas
El PGD permite descartar embriones con alteraciones cromosómicas o genéticas graves que podrían provocar:
- Aborto espontáneo
- Embarazo detenido (anembrionado)
- Nacimiento de un niño con patologías graves
Es especialmente útil cuando:
- Uno de los miembros de la pareja es portador de una mutación genética
- Hay antecedentes familiares de enfermedades hereditarias
- La mujer tiene más de 35 años (el riesgo de aneuploidías aumenta con la edad)
Aumentar las probabilidades de implantación
Solo los embriones genéticamente sanos tienen potencial para desarrollarse correctamente e implantarse con éxito. Seleccionarlos aumenta significativamente la eficacia del tratamiento y reduce los intentos fallidos.
Reducir el número de transferencias
Cuando se transfiere un embrión “al azar”, sin análisis genético, muchas veces es necesario repetir varios ciclos de FIV. El PGD permite evitar transferencias innecesarias, ahorrando tiempo, recursos y desgaste emocional.
Reducir el riesgo de embarazo múltiple
Al tener la seguridad de la calidad del embrión gracias al PGD, no es necesario transferir varios al mismo tiempo. Transferir un solo embrión reduce las complicaciones asociadas al embarazo múltiple.
¿Cómo influye el PGD en los resultados del tratamiento?
- Mayor tasa de éxito. En la clínica BioTexCom, donde el PGD se aplica de forma rutinaria, las tasas de embarazo alcanzan el 85–95%, especialmente en mujeres mayores de 40 años
- Menos abortos espontáneos. Las pacientes que hacen FIV con PGD tienen menos pérdidas en el primer trimestre
- Más bebés sanos. La selección de embriones genéticamente normales aumenta significativamente las probabilidades de tener un hijo sin enfermedades hereditarias
¿Es necesario el PGD para todos los casos?
Aunque el PGD es muy eficaz, no siempre es obligatorio. Se recomienda especialmente en casos como:
- Parejas con intentos de FIV fallidos
- Mujeres mayores de 35 años
- Antecedentes familiares de enfermedades genéticas
- Abortos espontáneos recurrentes
- Infertilidad masculina (alto nivel de fragmentación del ADN espermático)
Conclusión
El PGD no es solo una opción adicional en el tratamiento de FIV — es una herramienta de seguridad, precisión y esperanza. Ayuda a seleccionar el mejor embrión y aumenta considerablemente las posibilidades de lograr un embarazo exitoso y el nacimiento de un bebé sano.
En clínicas especializadas en casos complejos, como BioTexCom, el uso del PGD ya se ha convertido en un estándar para garantizar programas exitosos — especialmente para pacientes mayores de 40 años o con riesgos genéticos.